¿Te ha pasado esto alguna vez?. Acabo de llegar de vacaciones con las pilas cargadas. Tengo ganas de hacer muchas cosas y mucha ilusión por lanzar algunos proyectos a los que he estado dando forma este verano. Sin embargo, tengo cierta sensación de bloqueo y no se por dónde empezar. No es un problema de ganas. Es claramente un problema de priorización.
Para que los proyectos funcionen y los resultados sean buenos se tiene que dedicar el máximo esfuerzo a lo verdaderamente importante. Claro, pero ¿qué es lo importante?. Aquello que tiene mayor impacto en tus objetivos, en tus resultados.
Todo esto parece fácil, pero lo cierto es el día a día, la organización y la planificación lleva siendo mi caballo de batalla desde hace mucho tiempo. Si no organizo los temas pronto, ahora que acabo de volver de vacaciones, en pocos días voy a estar otra vez con esa crónica sensación de estrés y agobio tan habitual.
Y esto que me pasa a mi, le pasa a mucha más gente tal y como me han comentado. Por eso, cuando hablas con mucha gente a la vuelta de vacaciones y preguntas ¿qué tal te han ido?, las respuestas son del tipo “ya están olvidadas”, “es como si no las hubiera tenido” o “necesito otras”. ¡Y algunas de estas personas han regresado hace tan solo tres o cuatro días!.
Aunque siempre es importante contar con un sistema para organizarnos, especialmente cuando volvemos de vacaciones y hemos tenido un parón, tenemos que establecer un método que nos ayude a entrar en velocidad de crucero lo antes posible y, de esa manera, empezar a conseguir resultados positivos. Tenemos que aprovechar la energía que hemos almacenado en vacaciones.
Por fortuna, yo he mejorado mucho en este aspecto, aplicando algunas recomendaciones “de aquí y de allá” que he ido aprendiendo a lo largo del tiempo y que me ayudan a comenzar el trabajo con eficacia tras las vacaciones.
Comparto contigo siete claves que, al menos a mí, me funcionan:
- Vacía tu mente con todo lo que tienes que hacer: haz una lista con todas las tareas que tienes que hacer, en todos los ámbitos, ya sean grandes o pequeñas tareas. Así, sentirás un alivio porque sabrás que nada se te va a olvidar porque está apuntado.
- Echa un vistazo a la lista y trata de pensar realmente cuando tienen que estar hechas cada una de esas tareas para obtener el mejor resultado. Te darás cuenta de que muchas cosas no tienen que estar hechas necesariamente ya. Asigna plazos razonables.
- Aunque es recomendable dedicar esfuerzo centrado en una sola tarea en cada momento, permítete a tu vuelta de vacaciones variar más el tipo de tareas que realizas. Combina la realización de tareas “fáciles y divertidas” con alguna tarea “más densa y que apetece menos” pero que sabes que es muy importante. Esto te permitirá hacer más llevadero el avance y servirá de entrenamiento a tu “músculo trabajador”.
- Continúa realizando algunas actividades de ocio cada día, al menos durante siete días. Así irás poco a poco acostumbrando a tu cuerpo y a tu mente hacia el trabajo. Haz ejercicio cada día.
- Cada vez que finalices una tarea, táchala de la lista. Esto te irá motivando y te ayudará a ir avanzando. Ya sabes, cuanto más más y cuanto menos menos.
- Contacta con clientes, compañeros, proveedores y con las personas que formen parte de tu actividad profesional para confirmar que ya estáis todos operativos para empezar a trabajar.
- Y, por último, lánzate un claro mensaje cuando vayas perdiendo ritmo: “para disfrutar de vacaciones, primero hay que trabajar”. Por tanto, cuanto antes te pongas las pilas y más resultados consigas, más y mejores serán las vacaciones del año que viene. Esto te dará un plus de motivación.
Síndrome post vacacional, depresión… Tú decides cómo te quietes sentir. Bienvenid@ al tajo de nuevo!